Incendios en Chile ¿Por qué nos seguimos quemando cada verano?

Incendios en Chile ¿Por qué nos seguimos quemando cada verano?

A pesar de tener incendios forestales cada año en Chile, no hemos sido capaces de sacar lecciones y prevenirlos. Es momento de repensar nuestros modelos de producción. Debemos proteger y volver a regenerar los suelos y el bosque nativo para prevenir futuras catástrofes de este tipo.

Incendios en Chile ¿Por qué nos seguimos quemando cada verano?

 

En 2017 se quemaron 467.537 hectáreas en las regiones de O’higgins, El Maule y Biobío sumando más de 600 mil hectáreas quemadas en los últimos 5 años, este años 2023 el panorama no es muy distinto. Pero ¿Que tienen de similares los años 2017 y 2023? Ambos están dentro de los veranos más calurosos de la historia, ambos tienen los dos meses más calurosos de la historia (Enero 2017 y Febrero 2023), entonces podríamos decir que todo calza, pero la meteorología no es la responsable de la generación de los incendios, si de su propagación y cada vez de manera más agresiva ante escenario de Crisis Climática. Y ahora la pregunta es: ¿Qué hemos aprendido de estas miles de hectáreas consumidas por el fuego cada año? ¿Por qué Chile se sigue quemando?

 



Los incendios forestales en Chile tienen su origen en un 99,7% en el ser humano y sus actividades y hábitos, salvo unos pocos incendios causados por caídas de rayos durante tormentas eléctricas en el verano que pocas veces ocurren en nuestro país.

Lo cierto, es que la mayoría de estos eventos son ocasionados por descuidos o negligencias en la manipulación de fuentes de calor en presencia de vegetación combustible, por una escasa cultura ambiental o por intencionalidad originada en motivaciones de distinto tipo, incluso la delictiva. Por ello, la participación ciudadana es fundamental para reducir el daño que estos eventos ocasionan. Educar a la población para prevenir futuros incendios pasa a ser clave y una solución obvia, pero ¿es suficiente? Probablemente no y te
explicamos por qué.

 

 

Bajo el paradigma predominante actual de producción, el humano a priorizado la riqueza a corto plazo, viendo la naturaleza como una maquina productora y explotando recursos sin estudiar adecuadamente la complejidad de los territorios y sus ciclos y sin medir el impacto a futuro.

Esto se ve reflejado justamente en las regiones de O´higgins, El Maule y Biobío, donde se han ido transformado los territorios para que sean “productivos” mediante monocultivos justificados bajo una medida de reforestación de áreas degradas. Así las empresas forestales con modelos basados en monocultivos han ido talando bosques nativos para su producción. Solo entre 1975 y 1998, un 40% de los bosques nativos en la cordillera de la costa de las regiones del Maule y Biobío fueron reemplazados por monocultivos de pino.
Con tres millones de hectáreas a lo largo del país, las plantaciones o monocultivos forestales exóticos dominan el paisaje de la zona afectada por los siniestros. Según especialistas del área, grandes extensiones de pino y eucalipto resecan los suelos y producen sustancias combustibles que incentivan el avance de las llamas. Si a esto sumamos el Decreto 701, el cambio climático, más temperaturas extremas, estamos ante un problema que seguirá sin solución y que pagan todos los años las comunidades y localidades aledañas.

 


Frente a la crisis climática que vivimos, es momento de que volvamos a repensar los modelos de desarrollo y productividad por el bienestar de nuestro planeta. Es vital aprender de las catástrofes que estamos viviendo y crear soluciones en pro de la naturaleza. La naturaleza no provoca desastres, por esto… es correcto hablar de “un Desastre Natural”. Claramente no, debemos hablar de la vulnerabilidad del ser humano ante la amenaza natural y ahí debemos actuar con responsabilidad y adaptación a estos nuevos escenarios siempre con respeto a los ambientes naturales.


Así mismo, la industria forestal tiene un tremendo desafío y una gran responsabilidad en cómo adaptarse a las nuevas condiciones del planeta. La sequía y las altas temperaturas serán cada vez más frecuentes en Chile por lo que debemos prepararnos para prevenir este tipo de situaciones.
Pero no solo la industria forestal debe cambiar, todos debemos cambiar. Es momento de que como comunidad tomemos conciencia y ayudemos a que otros también lo hagan. Debemos proteger y volver a regenerar los suelos y el bosque nativo.

 


En Gnomo buscamos reconstruir el lazo entre el ser humano y la naturaleza, invitándolos a disfrutar de ella de manera consciente y responsable. Por esto, destinamos el 1% de nuestras ventas a la reforestación de árboles nativos en Chile.

¡Deja tu huella y comienza a plantar con nosotros!

9 de Marzo, 2023 - Blog escrito por Antonio Bizzarri en colaboración con Gianfranco Marcone, parte de nuestra gran familia Gnomo.  

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