Los puntos de muestreo se ubicaron en los fiordos Parry, Marinelli y Brooks, en la comuna de Timaukel.
Esta investigación fue parte de un proyecto financiado por la Red de Investigaciones de Sustentabilidad de Universidades del Estado de Chile, cuyo objetivo general era conocer aspectos bióticos y abióticos de ambientes bentónicos y pelágicos en dos fiordos con influencia glaciar en el Seno Almirantazgo, a lo largo de transectos glacio-marinos representativos de la Ecorregión de Canales y Fiordos del Sur de Chile.

La revisión de la literatura especializada y la consideración de datos de diversas fuentes, como expedientes ambientales y plataformas de registro de aves (GBIF), garantizaron información completa del área estudiada. Además, la aplicación de metodologías in situ de muestreo de aves permitió una evaluación exhaustiva de la avifauna presente.

El análisis del expediente SEIA reveló inicialmente 23 especies de aves registradas en la línea de base del proyecto. La consulta a plataformas como GBIF y Ebird-Chile complementó estos datos, revelando un total de 78 especies de aves en la región. Durante la campaña de campo en enero de 2024, se recolectaron datos que identificaron 20 especies en todas las estaciones de muestreo, abarcando 8 órdenes y 11 familias. En conjunto, se detectaron 82 especies de aves en los fiordos del Seno Almirantazgo y sus alrededores, pertenecientes a 13 órdenes y 30 familias.
Las especies más abundantes correspondieron a la Gaviota dominicana (Larus dominicanus), la Caranca (Chloephaga hybrida) y el Cormorán imperial (Leucocarbo atriceps).

Gaviota dominicana
En la expedición se registraron 4 especies en alguna categoría de conservación, entre estas especies se incluyen el Cóndor (Vultur gryphus) y el Pingüino de Magallanes (Spheniscus magellanicus), catalogados como casi amenazados (NT), y la Caranca (Chloephaga hybrida) y el Petrel Gigante (Macronectes giganteus), clasificados como vulnerables (VU).

Pingüino de Magallanes
La presencia de juveniles y polluelos en algunas especies sugiere que los fiordos no solo sirven como hábitat, sino también como áreas de reproducción y crianza para la avifauna local. Además, todas las especies registradas fueron nativas de Chile, resaltando la importancia de conservar estos hábitats. La ausencia de especies de aves introducidas o domésticas señala un ecosistema relativamente intacto y menos vulnerable a los impactos de las especies invasoras. Sin embargo, se recomienda continuar monitoreando la avifauna en esta región para detectar posibles cambios en la composición y abundancia de especies, especialmente ante el cambio climático y la presión humana en los ecosistemas costeros.